martes, 10 de diciembre de 2019

VI PROMOCIÓN TRABAJO SOCIAL 2015-2019. DISCURSO DESPEDIDA EN SU GRADUACIÓN.




Acto de Graduación VI Promoción del Grado en Trabajo Social por la UCLM. 2015-2019. Palabras de despedida de los/as estudiantes. 



Buenas tardes a todas las personas aquí presentes, Vicerrectorado, docentes, familiares y compañeras, gracias por venir. Gracias en especial a Emiliana Vicente, Presidenta del Consejo General de Trabajo Social, por amadrinar a esta promoción de Trabajadores y Tabajadoras Sociales, tanto usted como su trayectoria son un ejemplo a seguir para todas nosotras.
De izquierda a derecha: Emiliana Vicente, Presidenta del Consejo General de Trabajo Social; Margarita Pardo, Vicedecana de la Facultad de Trabajo Social, Profesora del Área de TS y SS.SS.; Aurelio Lascorz, Decano de la Facultad de Trabajo Social y Profesor del Área de TS y SS.SS y Francisco José Gallego, Profesor del Área de TS y SS.SS.  

La universidad normalmente nos recibe llena de sonido y actividad cuando entramos por sus puertas. Hoy, nos recibe en completo silencio. Tal vez, porque entienden que esos y esas adolescentes, que un día llegaron al aula 1.10 del Edificio Melchor Cano, hoy están diciendo adiós, y esta sea la última vez que los reúne a todos juntos tras sus puertas.

Laura y Katerina
Compañeras de la sexta promoción; que hoy estemos sentadas aquí sólo quiere decir una cosa, ¡Lo hemos conseguido!. Ahora, vendría la parte del discurso donde todas las páginas que hemos visitado para ayudarnos a escribirlo nos recomendaban citar a algún antiguo filósofo. Pero… había dos inconvenientes. En primer lugar, sabemos que lo que dijera un anciano griego que dejó de existir hace miles de años os da igual, y segundo, no sabíamos el año exacto para citarlo correctamente siguiendo las normas APA. Por eso hemos decidido parafrasear las palabras de alguien al que la mayoría hemos conocido, alguien que entiende qué es lo que se remueve en nuestros corazones como para haber elegido ser Trabajadoras y Trabajadores Sociales. Así, Lagarder Danciu en su libro escribía “He caminado en busca de la justicia social con y para aquellas personas que lo han perdido todo”, por favor haced de esta  frase algo propio. 
Nos llena de alegría que haya llegado el día de hoy, porque también significa que estamos un poco más cerca de cumplir nuestros sueños  y que no tendremos que volver a subir la cuesta de Bellas Artes una sola vez más. 
Bromas aparte, aunque estemos un poco más cerca de cumplirlo, todo sueño, tiene su parte de realidad, y la nuestra es que ahora salimos ante un mundo que de ensueño tiene poco, y lo haremos tomando caminos separados. Unas trabajarán y se encargarán de las personas mayores, otras de aquellos que lo han perdido todo, algunas de los niños, niñas y jóvenes que la guerra, el mar o la injusticia les robó sus padres, e incluso algunas acabaréis muy lejos de este país.
VI Promoción. Octubre 2015. Visita a la Biblioteca del Campus de Cuenca en la Jornada de Acogida de Estudiantes


Tras estas palabras, a más de uno de los hoy aquí presentes se le puede pasar por la cabeza la idea de que no parece muy alentador lo que nos depara el futuro como trabajadores y trabajadoras sociales. Basta con pararse a pensar en las decenas de historias que hemos tenido la oportunidad de conocer durante nuestras prácticas. Ante esto compañeras os queremos decir, quizá por eso, porque será difícil, tiene más sentido hacerlo y dedicarse a esta profesión. Como se recoge en las páginas del libro escrito por Miguel Fuster, una persona que pasó 15 años de su vida en la calle y que también tuvimos la gran oportunidad de conocer, “La vida puede convertirse en arte y que el arte es la forma más positiva de corregir los errores de la vida”, haced del Trabajo Social vuestro arte, y sí, tal vez separadas, pero siempre con algo en común, seremos defensoras de la justicia social y la noble causa que enarbola.

Marina y Antonio

Cuatro años dan para mucho y al hacer un recorrido por ellos, nos vienen infinidad de recuerdos. Todo lo vivido en las aulas, en la biblioteca, en la Cossío… nos saca alguna que otra sonrisa.

¿Recordáis el primer día? ¡Qué caritas de inocentes teníamos¡ y ¡qué vergüenza hablar en público! Después de unas cuantas presentaciones y algún que otro debate nos hemos convertido en unas expertas de la oratoria. 

Podríamos contar mil anécdotas, pero sería mejor preguntarle a Pilar Cañas que seguro las tiene apuntadas en su Agenda de Actividades y Tiempos, o grabadas en video… que ya sabemos lo que le gusta a ella una cámara.

También podríamos pedirle a Marga que nos cante algo, aunque creo que nos vendrá mejor que nos de algún remedio casero para curar la resaquilla de mañana. Seguro que un pincho de tortilla de Yoli nos quita todos los males.

También durante estos cuatro años hemos tenido la oportunidad de compartir clase con compañeras que hoy no están aquí presentes, pero nos gusta pensar que en Chile o México hay un pedacito de la sexta promoción de trabajo social. 

De igual forma nos gustaría hacer una mención especial a compañeros y compañeras que llegaron ya como profesionales, Educadoras y Educadores Sociales con las que compartir aula ha sido enriquecedor.

Por último, compañeras, queremos dar gracias, porque llegar hasta aquí no es sino gracias a vuestro esfuerzo, dedicación y compromiso. Ojalá que igual que hemos compartido ámbito académico seamos compañeras en el ámbito laboral. 

Ya somos Trabajadoras Sociales. ¡Celebrémoslo! 

Esto es resultado del esfuerzo de mucha gente, de los profesores y profesoras que hoy nos acompañan, que durante estos cuatro años han sido nuestra guía, y sí, con sus más y con sus menos, pero al fin y al cabo ellos también han aprendido con nosotros. Aprovechamos para acordarnos de Myriam, que hoy no puede acompañarnos y le damos la enhorabuena por su embarazo.

Queridos padres, a vosotros, que nos habéis acompañado durante estos cuatro años, apoyándonos, cuidándonos, queriéndonos -aunque ya apenas pasemos por casa- que habéis hecho posible con vuestro esfuerzo que hoy estemos aquí. A vosotros os damos las gracias de todo corazón. Dicen, que el mayor orgullo de un padre o una madre son sus hijos. Pues hoy nosotras os queremos decir: sentíos doblemente orgullosos porque vuestra hija, vuestro hijo, ha decidido dedicar su vida a trabajar por y para las personas y esta vez sí, hacer del mundo un sueño.



Para acabar nos gustaría compartir, unas palabras que se nos dedicó el primer año de carrera. Dicen así:

"Los estudiantes de primer curso de Trabajo Social, a los que se estableció como trabajo obligatorio el análisis a pie de calle de una actividad relacionada con su futura profesión. Así, trabajaron con enfermos hospitalarios, internos en centros penitenciarios, personas con diversidad funcional, acompañaron a personas ancianas que vivían solas…y la gran mayoría de estos estudiantes expresaron lo gratificante que fue para ellos la actividad desarrollada.
Creo que si entendemos la felicidad no como meramente un estado placentero o ausente de dolor, sino como una situación de satisfacción personal, por el trabajo bien hecho, por una relación con la familia, los amigos y la gente que te rodea sincera y generosa, a la misma no se podrá llegar jamás si antes no salimos de nosotros mismos, para llegar a ella dándonos a los demás."

No hay comentarios: