22 de abril. DÍA DE LA TIERRA
CARL SAGAN |
Mira ese
punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los
que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada
ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y
sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas
económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y
destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja
enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada
maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder
supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí –
en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La
Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los
ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que en su
gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de
un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes
de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna
otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse
los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas,
nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición
privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y
envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no
hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para
salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora
que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al
cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Asentarnos, aún no. Nos guste
o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que
la astronomía es una formadora de humildad y carácter. Tal vez no hay
mejor demostración de la locura de los conceptos humanos que esta distante
imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de
tratarnos mejor los unos a los otros, y de preservar y querer ese punto azul
pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.
Carl
Sagan (1994). Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio.
Ed. Planeta.