Vicenta Rodríguez Martín, profesora de Trabajo Social en el Centro de Estudios Universitarios de Talavera de la Reina, ha realizado un interesante y necesario estudio sobre los Adolescentes y jóvenes de Castilla-La Mancha ante la violencia de género en las relaciones de pareja, que ha sido editado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.
Entre los resultados de las encuestas aplicadas a jóvenes en en una muestra de institutos de enseñanza secundaria de la región, destacamos algunos que nos incitan a seguir trabajando en medidas educativas y preventivas:
Relacionado con la sensibilización hacia la violencia, hemos evaluado la percepción de abuso, es decir, en qué medida los chicos y chicas son capaces de identificar indicios de una relación abusiva, de violencia y asimétrica, puesto que este es un modo de prevenir la consolidación de la relación y una manera de protegerse de la violencia, ya que permitiría la ruptura, sino de modo inmediato, no alargándola en el tiempo. Los datos son indicadores de que hay que trabajar mucho ya que nuestros y nuestras jóvenes de CLM no perciben como abuso algunas situaciones de control del chico hacia la chica. Y, lo que es más grave, las consideran un modo de demostrar amor.
Así, por ejemplo, el 64,1% muestran su acuerdo con la afirmación: "Cuando un chico quiere a una chica, es normal que quiera saber siempre dónde está, con quién, o qué hace". O bien, que la mitad (49,8%) de nuestros y nuestras jóvenes entiendan que "Una forma de demostrar amor es cuando el chico le dice a su novia que no puede vivir sin ellas, que se moriría si le dejase".
En consecuencia, al legitimar el control del chico, las chicas entablarán relaciones desiguales y perjudiciales para ellas, y reforzarán las pautas de control y exigencia, ya que sus ideas les impiden analizar la realidad con objetividad, en tanto que cualquier comportamientos controlador de chantaje es interpretado como una manifestación amorosa. Estas son estrategias sutiles ya que, especialmente en la segunda, se intenta controlar la conducta del otro provocando lástima y compasión y que produce en la víctima fuertes sentimientos de culpa, conllevando el alargamiento o permanencia de la relación.
Una vez más, son los chicos quienes manifiestan mayor grado de acuerdo con las estrategias de abuso presentadas, puesto que eso les permite seguir manteniendo el control de la chica, ya que les pueden prescribir como tiene que vestir, con quien estar..., y la chica se adherirá a lo que su chico le indique, ya que como indicábamos en el marco conceptual, las relaciones de pareja se adecuan a lo esperado según los estereotipos de género, para el chico y para la chica.
[...] En cuanto a los roles y cualidades de género, los chicos y chicas de CLM reconocen la capacidad de la mujer en el ámbito público pero a la vez le exigen que mantenga su rol tradicional de atención y cuidado de los hijos e hijas y la casa, tal como se desprende , además de otras afirmaciones, por el alto grado de acuerdo (43,3%) manifestado con "La mujer ha de trabajar fuera de casa, pero no ha de descuidar a su familia". O bien que son las propias chicas quienes se autoatribuyen la responsabilidad de cuidar a su descendencia aunque ello suponga dejar su trabajo o renunciar a su carrera profesional.
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