"El personal sanitario y de trabajo social participa de los mismos mitos y prejuicios respecto al maltrato que el conjunto de la sociedad". Partiendo de esa base, una guía (Guía de Actuación en Atención Especializada para abordar la Violencia de Pareja hacia las Mujeres) recién editada por la Comunidad de Madrid pretende ofrecer a médicos y enfermeras de los hospitales pautas para detectar casos de violencia de género en las urgencias, la hospitalización y las consultas. También consejos sobre cómo tratarlos y cómo denunciarlos. "No cabe contemplar la violencia en la pareja como una cuestión de la pareja, sino como algo que concierne a toda la sociedad", afirmó ayer el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, durante la presentación de la guía.
El documento, de 92 páginas, da herramientas a los profesionales para detectar los casos, valorar la intensidad, el tipo y la duración de la situación de violencia, y activar otros recursos, como los policiales o los judiciales. "La detección y la asistencia apropiada son responsabilidades profesionales", asegura el texto. Lo dejó muy claro también ayer la fiscal delegada contra la Violencia sobre la Mujer de Madrid, Teresa Peramato: "No es un problema jurídico, sino un problema de salud pública con consecuencias jurídicas". El presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género, Jesús Neira, consideró la guía "llamativa, interesante y muy positiva".
Además de dar herramientas a los profesionales sobre cuándo deben sospechar que están ante un caso de violencia o cómo conducir una conversación para que la paciente le diga al médico lo que le pasa, la guía insiste en su objetivo de sensibilizar a los profesionales sobre "la magnitud, la gravedad e impacto en la salud de la violencia de pareja hacia la mujer", y también sobre "su responsabilidad ético-legal" frente a ella. "Cualquier persona, y máxime los funcionarios públicos, está obligada a poner en conocimiento de la justicia, de la policía, situaciones o hechos que puedan ser constitutivos de delito", afirmó el consejero.
Los profesionales tienen que comunicar "el conocimiento o sospecha de una situación de maltrato". Los médicos, en concreto, deben cumplimentar un parte de lesiones o parte judicial. En caso de que la violencia esté confirmada y con lesiones, enviará el parte al juzgado de guardia. Si hay lesiones pero sólo sospecha de violencia, los médicos deberán consignarlas todas, el estadio en el que se encuentran, los signos que hacen sospechar que proceden de una agresión y, finalmente, "todas las incongruencias que se encuentren entre el relato de la mujer de las causas de las lesiones y la localización, forma, tamaño, etcétera de las mismas. En caso de que el médico crea que existe riesgo vital tiene que llamar a la policía".
La guía, cuyo objetivo es homogeneizar las actuaciones en los hospitales, incluye también un protocolo de protección en urgencias, hospitalización y consultas externas. Por ejemplo, todo el personal debe estar avisado de que no debe dar información sobre la situación de la mujer, ni sobre su ubicación (la guía recomienda cambiarla de habitación para dificultar que la localice su agresor) y se la debe acompañar a todos los desplazamientos para pruebas diagnósticas.
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