De acuerdo con la encuesta de actividades de la EPUTC 2008, diseñada y realizada bajo esta investigación para la medición de los tiempos de cuidados como instrumento de medida aproximada de este fenómeno en Madrid, las cuidadoras dedican un promedio de casi 8 horas diarias durante los días de trabajo si se contabiliza sólo el tiempo de cuidado activo, pero asciende a más de 14 horas diarias si se incluyen en la estimación los tiempos de presencia, es decir, 40 y 75 horas a la semana respectivamente. Por tanto, tomando en cuenta los tiempos de presencia, las cuidadoras internas dedican casi 22 horas a la atención personal durante un día de trabajo, y 10,5 horas las cuidadoras externas a jornada completa.
Las condiciones salariales están bastante marcadas a priori por la práctica y la costumbre. Aquí no suelen servir, por tanto, las referencias habituales a otros sectores para la fijación de salarios (el salario mínimo interprofesional, la evolución del coste de la vida, etc.), más allá de las indicaciones que dan algunas de las redes y asociaciones de intermediación cuando son requeridas para esa función. Existe una cierta referencia para las trabajadoras de lo que es ‘normal’ y se asume que ‘es lo que hay’, además de reconocer los riesgos que corre una extranjera sin documentación en el país de acogida.
Por otro lado, los niveles salariales se encuentran fuertemente condicionados por la transformación más importante que ha experimentado esta actividad. Si bien es cierto que ha crecido y se ha diversifi cado la demanda de cuidadoras, también lo es que la oferta de trabajadoras ha aumentado significativamente, por efecto de la inmigración irregular. El resultado de esta dinámica produce salarios contenidos e incluso en descenso relativo, ya que no sólo hay una abundancia de mano de obra, sino que buena parte de ésta, frecuentemente, está dispuesta a aceptar peores condiciones salariales.
En este sentido, se constata que, en general, las inmigrantes sometidas a la doble tensión de obtener unos mayores ingresos (han de vivir aquí y mantener a su familia en el país de origen) y también un trabajo como única vía para regularizar su situación de residencia optan mayoritariamente, con bastante lógica, por asegurar el empleo sacrificando un posible salario superior.
El salario que perciben las cuidadoras inmigrantes no es homogéneo sino que varía en función de varios factores. Así, en régimen de interna se sitúa entre los 600 y los 800 euros mensuales, pero es más bajo cuando las inmigrantes están recién llegadas, con menos experiencia e información que aquéllas más asentadas en la ciudad, aceptan, asimismo, salarios inferiores (600-700 euros), mientras que aquéllas que llevan más tiempo y conocen los precios y situación del mercado y la demanda existente establecen ellas mismas su precio mínimo entorno a 750-800 euros. También varía en función del régimen de cuidado. Las cuidadoras externas por horas y las internas de fin de semana son las trabajadoras que menos ingresan mensualmente por sus tareas de cuidados (aproximadamente 470 y 400 euros, respectivamente), mientras las cuidadoras que más ingresan son las externas a jornada completa, con 1.000 euros como promedio. Las internas ingresan mensualmente una media de 750 euros.
Si se asume que las cuidadoras trabajan 11 meses y en régimen de cuidadoras internas con una media algo inferior a 750 euros, es posible estimar que cada cuidadora recibe un salario promedio anual de aproximadamente 7.079 euros. Por otro lado, el coste salarial del trabajo de cuidado por extranjeros en la Comunidad de Madrid puede calcularse multiplicando el número de personas que trabajan anualmente en este sector (15.795 según la Encuesta de Población Activa 2007) por el salario que reciben por un año. El resultado es que las familias de la Comunidad de Madrid gastan anualmente en torno a 112 millones de euros en cuidadores inmigrantes para sus mayores dependientes, lo que constituye el 0,06% del PIB regional en 2008.
En el caso de que los cuidadores de origen extranjero recibieran el mismo salario que los trabajadores del Servicio de Ayuda a Domicilio, su coste laboral ascendería a más de 300 millones de euros sin contabilizar los tiempos de presencia, y a más 572 millones si esos tiempos se contabilizaran, con lo que el porcentaje de esta actividad sobre el PIB regional en 2008 aumentaría al 0,16% y 0,31%, respectivamente (cuadro 1).
Esta información es un extracto de un informe más amplio sobre la inmigración y los cuidados de mayores en los hohares de la Comunidad de Madrid, al que puedes acceder en Informes Portal Mayores del IMSERSO:
Número 102: febrero de 2010. Inmigración y cuidados de mayores en los hogares de la Comunidad de Madrid. Rodríguez Rodríguez, Vicente; Martín Coppola, Eva; Marcu, Silvia; Ramos Espina, Santiago; Rojo Pérez, Fermina; Fernández-Mayoralas Fernández, Gloria; Lardiés Bosque, Raúl; Rogero García, Jesús (versión pdf, 702 Kb) [En Español]; 19 p
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