lunes, 21 de junio de 2010

Barrios de Albacete: Igualdad, situación social y recursos




En la Introducción del estudio se cuentan las claves sobre su contenido.

INTRODUCCIÓN

Las políticas de igualdad de oportunidades pretenden la superación de las distintas situaciones de desventaja social. [...] se constata la existencia de amplios grupos de personas que no pueden ejercer algunos de esos derechos sociales: son los excluidos. Además, existen otros grupos, numéricamente muy importantes, de personas vulnerables o en peligro de exclusión que podrían, por muy distintas razones y en muy corto plazo, perder algunas de las herramientas necesarias para ejercer con plenitud esos derechos y convertirse, también, en excluidos.


Se constata, así, la amplitud del concepto de exclusión con respecto al de pobreza. La pobreza hace referencia a una situación caracterizada por la ausencia de recursos materiales y la medida de su magnitud se concreta en la definición de un límite, punto de corte o umbral en los ingresos por debajo del cual todas las personas son consideradas pobres. Este umbral puede ser absoluto, como en el caso de la definición del Banco Mundial, que considera pobre a quienes viven con menos de 1.25 dólares al día; o puede ser relativo, como en la definición aplicada en la Unión Europea, que considera pobres a quienes tienen ingresos inferiores al 60% de la mediana nacional de ingresos. En cualquier caso, el enfoque basado exclusivamente en la pobreza, aunque útil, se considera demasiado reduccionista y el concepto de exclusión gana terreno en el análisis de las desigualdades.

En este sentido, la exclusión contiene, además de la carencia económica, la incapacidad para participar en los distintos subsistemas construidos para dar contenido concreto a la expresión constitucional indicada. De esta manera, la exclusión supone la participación precaria o, simplemente, la no participación en absoluto, en el sistema de bienestar (Sanidad, Educación, Pensiones, Dependencia), en el mercado laboral, en el sistema de representación política, en el ámbito comunitario, etc. Por otra parte, es necesario reafirmar aquí, que las razones fundamentales para la existencia de esos grupos en exclusión no pueden buscarse en el ámbito de lo personal. “La exclusión social hace especial hincapié en el carácter estructural de un proceso que excluye a parte de la población de las oportunidades económicas y sociales”.


Este trabajo indaga en la desigualdad mediante el estudio cuantitativo de la estructura social y urbana del municipio. Así, Envejecimiento, Origen, Estructura laboral, Condición socioeconómica, Estructura familiar, Educación, y Condiciones de barrio serán analizadas y contextualizadas territorialmente mediante el estudio de variables demográficas, familiares, educativas, de vivienda, de barrio, de empleo y otras que determinan el acceso a los recursos de las personas que viven en la ciudad de Albacete.

[...]
Lo más importante y novedoso de este trabajo es la contextualización territorial. La unidad territorial de estudio no es la ciudad de Albacete en su conjunto. Se ha optado por un camino más difícil, pero mucho más productivo en términos de utilidad de los datos. Así, la mirada se ha puesto en el barrio, en el convencimiento de que sus habitantes disponen de un conjunto de elementos compartidos, y peculiares, que permiten diferenciar a cada barrio del resto de barrios de la ciudad. Además de estas razones generales, el estudio de la desigualdad por barrios es el más útil porque los barrios son áreas intuitivas de gran tradición en la ciudad de Albacete y, más importante, porque tanto las zonas de servicios sociales como los futuros distritos, actualmente en proceso de implantación como consecuencia de la aplicación de la Ley de Grandes Ciudades, se
pueden construir por agregación exacta de barrios, con lo que es posible conseguir rápida y fácilmente, datos agregados a esos otros niveles a partir de los datos de barrios ofrecidos.


Otra cuestión importante es de orden conceptual: no existe un consenso decisivo entre técnicos y estudiosos, ni sobre la definición precisa del concepto de exclusión social, ni sobre la mejor manera de construir un sistema de medición apropiado. Esto es, no están claramente definidas qué dimensiones de la desigualdad se deben medir, ni cuáles son los indicadores adecuados para medir cada una de esas dimensiones. Se acepta que la exclusión no es un fenómeno puramente económico y, en ese acuerdo, el Consejo Europeo, en su reunión de Laeken, sugirió una batería de indicadores de exclusión que aportan información sobre renta, salud, educación y vivienda. Estos indicadores, de nivel macro, pues están diseñados fundamentalmente para ser medidos en grandes territorios (países o regiones), deberían ser adaptados o completados con indicadores adecuados a las realidades de territorios pequeños, tales como, municipios o barrios.

También hay que tener presente que el objetivo último de este trabajo es proporcionar datos que permitan conocer en profundidad aquellas cuestiones que inciden en la desigualdad y en el acceso a los recursos que se ponen a disposición de las personas de Albacete, indispensables para el efectivo ejercicio de sus derechos. Ello remite a que, si bien muchas de las variables a estudiar son personales, también deben incluirse indicadores sobre estructura familiar y sobre el estado general del barrio o zona.


Por último, la desigualdad territorial no es más que una –de muchas- expresiones visibles
de la desigualdad social. Esto es así porque la desigualdad afecta a colectivos específicos, tales como mujeres, discapacitados, inmigrantes, mayores o jóvenes y, por otra parte, porque se expresa en la renta, en el acceso a la vivienda, al empleo, a los servicios sanitarios o a la educación, además de otros ámbitos. Se tiene, entonces, tres aspectos o, mejor, miradores, desde los que observar la desigualdad: por una parte están las personas, los colectivos y grupos excluidos; además, deben estudiarse los ámbitos en los cuales esos colectivos tienen dificultades para conseguir su igualdad efectiva; y, finalmente, y también condición indispensable para la acción, es encontrar la expresión territorial de esas desigualdades. Dado que todos los datos y estadísticas se acotan territorialmente, una buena manera de estudiar desigualdad –y así se procede en este trabajo- es comenzar por el estudio de los territorios, para, después, acercar el foco a los ámbitos o derechos en lo que se es desigual y, finalmente, encontrar grupos o colectivos trasversales.

En lo que sigue, se verán éstas y otras cuestiones. El informe se divide en cuatro partes interconectadas. La primera parte se dedica a repasar cada una de las 26 variables estudiadas, con expresión de la metodología seguida en su construcción y un análisis del alcance territorial de los valores obtenidos. La segunda parte incluye sendos capítulos en los que se analiza cada uno de los barrios en los que se divide el municipio de Albacete.


Se presentan ordenados según Distritos. Una tercera parte se dedica a analizar la distribución territorial de algunos importantes recursos de la ciudad. Finalmente, se incluye un capítulo de conclusiones en el que se intenta estructurar todos los datos obtenidos en un conjunto sencillo de información que permita estratificar el territorio del municipio en grupos de barrios con características similares.

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