sábado, 17 de junio de 2017

IV Jornada de la Enseñanza de la Práctica en el Grado de Trabajo Social


Trabajadoras y Trabajadores Sociales señalan cuáles son algunos de los problemas más acuciantes en la provincia de Cuenca


La ejecución del Programa de Prácticas durante el presente curso ha supuesto la colaboración de 89 profesionales que han acogido a 86 estudiantes de tercer y cuarto cursos de la titulación, distribuidos en 67 organizaciones ubicadas en Cuenca, Albacete, Ciudad Real, Toledo, Madrid, Valencia y Alicante. Los estudiantes de Trabajo Social realizan 325 horas de Prácticas en entidades en tercer y cuarto cursos.


Treinta profesionales de Servicios Sociales, Sociosanitarios, Asociaciones y ONGs, de la provincia de Cuenca han participado en la IV Jornada de la Enseñanza de la Práctica en el Grado de Trabajo Social, celebrada en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca, organizada por el Equipo Docente de Prácticas de 3º y 4º cursos.

Después de las cálidas palabras de bienvenida por parte del Decano de la Facultad, Aurelio Lascorz, Margarita Pardo, Vicedecana responsable de la Coordinación de las Prácticas, presentó los datos más relevantes de la evaluación del programa de prácticas desarrollado durante el curso 2016/2017. La ejecución del mismo durante el presente curso ha supuesto la colaboración de 89 profesionales que han acogido a 86 estudiantes de tercer y cuarto cursos de la titulación, distribuidos en 67 organizaciones ubicadas en Cuenca, Albacete, Ciudad Real, Toledo, Madrid, Valencia y Alicante. Los profesionales han ocupado entre 200 y 300 horas de su jornada laboral en el acompañamiento a estudiantes de Trabajo Social en Prácticas. Los estudiantes del Grado en Trabajo Social realizan un total de 325 horas de Prácticas en entidades, 125 horas en tercer curso y 200 horas en cuarto curso.


A través de grupos de trabajo y puesta en común, la Jornada ha permitido extraer cuales son las actividades a las que están dedicando más tiempo las/los trabajadoras/es sociales, así como los grupos de población y problemas sociales que están necesitando de una mayor atención y que, en ocasiones, no son atendidos.

Entre las actividades que más tiempo requieren, y que más satisfacen a las trabajadoras/es sociales, se encuentra la atención directa a la ciudadanía, el contacto con las personas, para atender sus demandas. Esta atención va más allá de informar, orientar o realizar gestiones para tramitar un recurso. Cuando la complejidad del caso lo requiere, se recurre al acompañamiento de las personas y a una intervención familiar más intensa. Por otra parte, las trabajadoras/es sociales de Servicios Sociales especializados o aquellas que trabajan en pequeñas Asociaciones o empresas del Tercer Sector, destinan una parte importante de su tiempo de trabajo al diseño, búsqueda de financiación, programación, seguimiento y evaluación de proyectos sociales. Estos proyectos sociales pueden ser de intervención con grupos de población afectados por algún problema o destinados a la prevención-sensibilización.

En relación a los grupos de población y problemas sobre los que es necesario mejorar en la provincia de Cuenca, sin tiempo para ser exhaustivos, las/os profesionales destacaron la falta de avances en la lucha contra el absentismo escolar y los problemas que ocasiona a algunas familias, la escasez de recursos públicos para los adolescentes entre 13 y 17 años –más allá de los destinados a la educación formal-, a lo que se suman las dificultades de los jóvenes emancipados no solo para encontrar empleo, sino para acceder a una oferta de formación ocupacional.


Esta falta de formación ocupacional también se proyecta a personas adultas afectadas por enfermedades mentales o por adicciones, a las que en Cuenca se destinan recursos para que tengan unas condiciones de vida mínima dignas (alimentación, higiene), pero es necesario dotar de servicios que promuevan actividades significativas en las que ocupar el día. En el campo de la salud mental, también es necesario agilizar la intervención judicial en los casos de modificación de la capacidad de obrar, así como luchar contra el desconocimiento que persiste en la sociedad sobre este problema, que se percibe con miedo y tiende a estigmatizarse.

Resulta preocupante la invisibilización de personas mayores que están recibiendo una atención negligente en sus entornos domésticos, es decir, son atendidos, pero con una calidad mínima o deficiente. También es muy necesario que se acorte el tiempo que lleva la gestión de prestaciones para la atención a las personas en situación de dependencia. Desde que se solicita el reconocimiento hasta que se activa una prestación específica puede tardar incluso un año y medio. Además, la insuficiencia de recursos está obligando a que sean los beneficiarios los que se adapten a los recursos, cuando debería ser al revés. Por ejemplo, no resulta adecuado resolver que una persona que está recibiendo cuidados paliativos sea valorada con Grado I de Dependencia (personas que necesitan ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez).

En cuanto a la situación económica de los conquenses, se constata que, a pesar del mejoramiento general, una parte importante de familias han quedado en situación de pobreza crónica y sus problemas se están agudizando. Las ayudas básicas de Cáritas y Cruz Roja contribuyen a la alimentación y algunos gastos básicos más, pero no es suficiente y los requisitos para acceder a las ayudas públicas cada vez son más exigentes y limitan excesivamente su acceso.

En resumen y parafraseando a una de las profesionales participantes: “Nadie cuestiona que el próximo año tiene que haber colegios públicos con plazas para los niños de cada edad; sin embargo aún no sabemos si van a continuar los programas de prevención de riesgo de menores, o de atención a mayores que viven solos sin familia, o de jóvenes que se quedan descolgados de sus redes de apoyo, sin formación, sin apoyo, sin opciones laborales dignas...”


La jornada terminó agradeciendo a los profesionales la colaboración que han prestado en la formación práctica de los/las estudiantes de la Facultad de Trabajo Social de Cuenca, durante los dos semestres del curso académico 2016-2017.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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