DISCURSO
DE FLOREN ALFARO SIMARRO, PADRINO DE LA III PROMOCIÓN DE GRADUADOS/AS EN
TRABAJO SOCIAL POR LA UCLM
Estimados,
estimadas amigos y amigas, profesores y profesoras, familiares; y a los que hoy
se gradúan, estimados y estimadas colegas profesionales; mis primeras palabras
quiero que sean un GRACIAS con mayúsculas.
Gracias
a las personas que en marzo y diciembre del año pasado me invitaron a dar
sendas charlas en la Facultad de Trabajo Social en Cuenca.
Gracias
a las y los alumnos que se acercaron a mi hace unos meses para proponerme ser
el padrino de esta III Promoción de Graduadas y Graduados en Trabajo Social por
la Universidad de Castilla-La Mancha.
Y de
nuevo, gracias por permitirme vivir con vosotras y vosotros este momento tan
emocionante, que a buen seguro no olvidaréis en toda vuestra vida, y no os quepa
duda que yo tampoco.
Y es
que uno no está acostumbrado a estas cosas.
¿Quién
me iba a decir a mí, a un humilde Trabajador Social de un pueblo de la
Manchuela Albaceteña, que un día como hoy iba a tener este enorme privilegio?
¿Quién
me iba a decir a mí, que acabe la carrera allá por 1993 en la Universidad de
Alicante, cuando no existían estas ceremonias, ni se vislumbraban lo más
mínimo, que iba a vivir tan directamente una Graduación en Trabajo Social?
Pues sinceramente,
nadie, ni yo mismo me lo creería. Pero como veis, las cosas aunque ni nos las
imaginemos, pueden llegar.
Hoy es
un día muy feliz para vuestros profesores y profesoras que ven como el
conocimiento que os han transmitido echa a rodar autónomamente desde este preciso
instante.
Y qué decir
de vuestras familias, ahí orgullosas, viendo como su hijo, su hija, hermano,
hermana, nieto, nieta, que en muchos de los casos parece que nació ayer, ha
llegado a esta etapa transcendental de la vida.
Y esto
de las familias, lo sé de buena tinta, ya que tengo la suerte de trabajar
semanalmente codo con codo en los servicios sociales de atención primaria, con
alguna madre que está por ahí sentada, emocionada, y orgullosa, y al mismo
tiempo observando si me he vestido adecuadamente para este evento, como si de
mi propia madre se tratara.
Y qué decir de vosotros y vosotras, con las expectativas puestas en vuestro
inmediato futuro que empezáis a escribir esta misma tarde, si bien con una
pequeña pausa, la de esta noche donde seguro que no pensáis divertiros nada de
nada.
Yo lo
primero que querría deciros es ENHORABUENA, porque os acabáis de graduar en la
profesión más bonita del mundo.
No es
una exageración, os lo digo yo que llevo ya en esto 22 años. No hay profesión
más bonita que esta.
Una
profesión que os permitirá transformar cosas, en las personas, en las familias,
en los barrios, en los pueblos, y quien sabe…
Vuestro
crecimiento como trabajadores y trabajadoras sociales, tendrá repercusión en
todo lo que os rodea, ya que una buena práctica profesional vuestra, redundará
en la mejoría del entorno en el que os movéis.
Sí, vale,
hay otras profesiones con capacidad de trasformar pero, hacedme caso, como la
nuestra NINGUNA.
Dejad
que el Trabajo Social os cale muy adentro, que forme parte de vuestro ADN, que
os transforme a vosotros y a vosotras mismas.
Os
decía en diciembre pasado, cuando os di una charla en la Facultad, que teníamos
que ser Trabajadores Sociales las 24 horas del día, y es verdad, se tiene que
notar; empezando por nuestra casa, nuestro grupo de amigos, de vecinos,
comunidad de la escalera, en el barrio. Sea en nuestro tiempo libre, en nuestra
vida familiar , en la planificación de un viaje acampada, evento lúdico festivo
donde estéis vosotros y vosotras, ha de notarse vuestro liderazgo permitiendo
que todo fluya , que se lleguen a acuerdos de forma óptima, sin pasar por malos
rollos, enfados, denuncias; y que al final las cosas salgan y salgan bien,
gracias a que uno o una de los que estaban allí era un , una trabajadora social
que ha sabido poner en marcha sus estrategias para que eso se lograse, y lo
mejor de todo, sin que nadie lo haya notado.
A eso
me refería, no se trata de que seáis trabajadores, trabajadoras sociales de 8 a
15, sino que lo seáis siempre y en todo momento.
Y yo
me pregunto en voz alta ¿qué profesión es capaz de poder estar tan presente en
nuestra vida cotidiana? Pues ninguna, salvo el Trabajo Social.
Probablemente,
algunas, algunos de vosotros, curséis con posterioridad alguna carrera más. Eso
siempre es positivo, pero hagáis lo que hagáis, anteponer siempre esta a las
demás; y me explico…
Que alguien
estudia derecho; pues luego que pueda decir orgullosa, soy una trabajadora
social que luego también hice derecho.
Que
alguien estudia psicología, pues lo mismo, soy un trabajador social que luego
también me gradué en psicología.
O en
otros ámbitos de la vida, como quien dice “He conquistado el Everest, y el K2,
soy un, una trabajador, trabajadora social, al que se le da bien la escalada”.
Puede
parecer broma estas cosas que digo, pero nada más lejos de la realidad. Hemos
de ser los primeros en poner en valor nuestra profesión. Primero porque nos la
creemos, la queremos y valoramos, y segundo porque ya vendrá quien la quiera
menospreciar, y ahí es donde nos encontrará a nosotros y nosotras firmes, dando
la cara.
El
próximo lunes, después de las celebraciones de este fin de semana, estaréis
cara a cara con la realidad, que no os asuste este reto, ni os dejéis llevar
por negros augurios. Todo lo contrario, nuestra profesión es dinámica como la
que más, pegada a la realidad cambiante como la que más y transformadora y con
capacidad de transformarse como la que más.
Estos
años vuestros profesores y profesoras os habrán mostrado que el trabajo social
está presente en todos los ámbitos de la vida, más de lo que muchas veces
nosotras y nosotros mismos somos capaces de imaginar.
El
Trabajo social está presente en: atención primaria (ayuntamientos, barrios); en
atención especializada (a personas mayores, a infancia y familia, mujer, personas
con capacidades diferentes, personas sin hogar, atención y acogida refugiados y
asilados…) y también lo encontramos en Sanidad, con toda su cantidad de centros
y recursos, Educación, Justicia, empresas, servicios de vivienda, en el Tercer
Sector, en la formación y el asesoramiento técnico, en el ejercicio libre de la
profesión, montando vuestra propia empresa y, seguramente me he dejado muchísimos
campos de esta lista en la que no he querido profundizar.
Es
decir, no fijéis vuestra atención solo en los Servicios Sociales públicos, en
la salida o no de oposiciones de la administración pública.
No os
quedéis esperando a que una convocatoria venga a buscaros. NO.
Ser
vosotros y vosotras mismas los que salgáis desde YA a comeros el mundo. Un
mundo con muchos problemas, complejo, cambiante, con trabas. Un mundo en
definitiva necesitado de mucho TRABAJO SOCIAL, por lo tanto necesitado de
vosotros y vosotras.
El desánimo,
la desazón, la rendición fácil, son peores enemigos que los problemas con los
que profesionalmente tendréis que lidiar a diario. No les dejéis espacio en
vuestras vidas, echadlos fuera, no tienen cabida. Eso de rendirse no vale, y
menos en gente de vuestra edad, con vuestra energía.
Y ahí tenéis
un papel fundamental las familias, si veis que flaquean, que se quedan
paralizados, no lo permitáis. Y si es necesario, dadles un empujón, sin miedo a
los tropiezos, a los fracasos. ¿Quién de aquí no se ha caído varias veces antes
de aprender a montar bien en bici? Pues esto aunque más complejo, es lo mismo.
Nadie encuentra el éxito el primer día, ni el primer mes, ni siquiera el primer
año.
Pero
recordar, sois trabajadores, trabajadoras sociales, y una dificultad, un
problema en vuestro camino, es una inmejorable oportunidad para enfilarlo y
resolverlo.
Cuando
vine por primera vez en marzo de 2015, fue a contaros entre otras cosas la
hermosa experiencia que vivimos en el Parlamento Europeo denunciando como la
política de austeridad estaban afectando a los Derechos Humanos, y como desde
la Marea Naranja estábamos desarrollando otra serie de acciones.
Posteriormente,
en diciembre de 2015, me volvisteis a invitar en el marco de la Semana de los
Derechos Humanos y Trabajo Social, os hablaba del trabajo social comprometido,
donde os expliqué que para mí eso era una redundancia, pues el trabajo social
ha de ser siempre comprometido.
Ahí en
ese momento fue cuando un grupo de vosotros y vosotras os acercasteis al final
de mi intervención para preguntarme si quería ser vuestro padrino.
Es
este periodo de tiempo, apenas si 5 meses, casi sin buscarlo, pero empujado por
las demandas de muchos y muchas colegas profesionales, he sido nombrado
Presidente del Colegio de Trabajo Social de Castilla la Mancha. Sin duda todo
un nuevo reto para mí y aquellos colegas que me acompañan en esta tarea.
Os
mentiría si os dijera que afronto esta nueva etapa sin miedos, sin
inseguridades; pero por otro lado soy claro; las mismos consejos que os he dado
a vosotras y vosotros me los aplico a mí mismo, todos, sin ninguna excepción.
Y como
no, y es a lo que voy, como presidente
del Colegio de Trabajo Social de Castilla la Mancha pongo a este y a mí mismo a
vuestro servicio.
Al
igual que nuestra profesión, el Colegio somos todos y todas, y será lo que queramos
que sea entre todos y todas. El Colegio quiere ser un facilitador, una
plataforma de impulso, un altavoz de ideas, de investigaciones, un defensor de
la profesión, un visibilizador de, como os he dicho antes, la profesión más
bonita del mundo.
Pero
todo esto, que no os quepa duda, no lo puedo hacer yo solo, no lo puede hacer
la nueva Junta de Gobierno sola. Necesitamos de todos y todas las y los Trabajadores
Sociales de esta tierra, y eso también os incumbe a vosotros como los colegas
profesionales, los más nuevos y frescos que hay en Castilla la Mancha.
Estamos
ansiosos de recibir vuestros proyectos, vuestras ideas, vuestras inquietudes,
os lo digo en serio.
En
esta profesión, nadie va a venir a sacarnos las castañas del fuego y la unión
hace la fuerza.
Por
eso esta tarde, una de las cosas que os quiero dar personalmente es un carnet
de pre colegiación, que os permite una primera toma de contacto con el Colegio,
para poder APORTAR y SUMAR.
Pero volvamos al
principio.
¡Qué
suerte tenéis! ¡Qué suerte vuestras familias! ¡Qué suerte esta tierra
castellano manchega! , pues unas decenas de sus jóvenes han logrado formarse en
algo tan apasionante como el Trabajo Social.
Desde
esta misma tarde Castilla-La Mancha tiene un considerable número de vecinos y
vecinas, preparados para hacer de esta tierra un sitio mejor, de luchar porque
esta tierra disfrute de más y mejor bienestar, que sea un sitio más afable,
cómodo para vivir, con recursos a disposición de las personas que peor lo están
pasando en particular, y para toda la ciudadanía en general. Una tierra que
nadie tenga que abandonar forzadamente; y ahí tenéis este importante papel,
sois fundamentales.
Hasta
ahora ha sido esta tierra, sus colegios, institutos, su universidad, y vuestras
familias la que se han puesto a vuestro servicio para llegar hasta aquí.
Evidentemente vuestras ganas y energía ha sido la gasolina para recorrer este
camino. Ahora os toca devolver todo lo recibido, con vuestro trabajo, con
vuestras ideas, con vuestros proyectos, con vuestras reivindicaciones, con vuestra
presencia.
No esquivéis
los problemas, no olvidéis nunca de donde venís, porque así tendréis los pies
en la tierra, y nunca vacilareis en tomar la decisión correcta. Y otra cosa muy
importante, nunca deis la espalda a los que vienen detrás de vosotros y
vosotras. Nunca os deis por satisfechos con los conocimientos adquiridos, ya
que el trabajar con la realidad social cambiante requiere continua formación y
reciclaje.
Nunca
os creáis en posesión de la verdad absoluta, porque el buscar el acuerdo y la
negociación con quien no piensa como uno, siempre es más satisfactorio y
efectivo.
Y
nunca tengáis miedo a equivocaros, porque el mundo es de los que arriesgan.
Termino
ya, no voy a volver a repetir las gracias que di al principio porque dichas han
quedado.
Solo
quiero terminar eso sí, con una cosa que ya he dicho con anterioridad.
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