La presente investigación, es un nuevo estudio de la Fundación FOESSA que persigue conocer las claves de la pobreza, desde la perspectiva de su transmisión intergeneracional, y procurado situar la realidad de la pobreza infantil y familiar en el contexto actual de las políticas sociales y de la intervención. El informe, presentado a comienzos de abril:
- Hace un barrido por los antecedentes y conceptos para el estudio de la transmisión intergeneracional de la pobreza.
- Establece el contexto de la pobreza y la exclusión infantil y familiar.
- Analiza el Sistema de Bienestar de España, su evolución e inversión en infancia.
- Avanza en el diagnóstico de la exclusión y/o pobreza familiar/infantil desde su transmisión intergeneracional y los factores relacionados con la misma.
- Propone políticas públicas para combatir la transmisión intergeneracional y diseñar líneas y modos de intervención dirigidas a las familias afectadas.
La existencia de lo que se conoce como transmisión intergeneracional de la pobreza (TIP) se refiere a las dificultades que tiene una generación que ha vivido sus primeros años en un hogar en situación de pobreza para generar cambio ascendente en el estatus socioeconómico con relación a la generación anterior.
El informe explica como los estudios analizados
muestran una fuerte asociación entre las condiciones de vida de padres e hijos.
No es extraño, por eso, que en los centros de servicios sociales y en los
espacios de las entidades y ONG que actúan en el terreno de la acción social, se
estén atendiendo a los nietos de aquellos que estuvieron hace 30 años. Además,
datos recogidos de nuestro país, hablan del hecho de tener hijos como uno de los factores de riesgo de pobreza.
Los datos en nuestro país nos hablan del hecho de
tener hijos como uno de los factores de riesgo de pobreza
La
investigación presta una especial atención a la transmisión de la pobreza en el
núcleo familiar y a la importancia de los menores en la intensidad de la misma
en el seno de los hogares., hablando de pobreza infantil para referirse a la pobreza de las familias con hijos.
El mayor riesgo de pobreza y de exclusión social se da entre
las familias con hijos a cargo ya que la tasa de pobreza en los hogares sin
menores es del 16%, mientras que remonta al 28% en los hogares en los que hay
menores, al 42% en el caso de familias monoparentales con hijos y al 44% cuando
las familias tienen tres o más menores.
"La brecha en la tasa de pobreza entre los
hogares sin menores y con menores es en España tres veces superior a la UE”
El estado de bienestar en
españa
Sobre el estado
de bienestar en España relata, que es una realidad débil, sujeta a diversos
factores de precarización, y comenta que
la inversión pública en políticas sociales es proporcionalmente mucho más
pequeña que la de los países de su entorno, también la inversión pública
española destinada a la protección de la infancia y la familia, que aunque se
ha incrementado durante los años de crisis económica, ha mantenido su distancia
con respecto a la Unión Europea, siendo el gasto de España del 1,3% del PIB, frente
al 2,2% que alcanzaba la UE-27. Además, el gasto en infancia y familia representa el 5,3% del
total de gasto en protección social, mientras que en la UE el gasto en infancia
y familia supone el 7,5%", sostiene la fundación.
El informe constata también como el sistema español de impuestos y
prestaciones ha sido y es uno de los menos efectivos en la redistribución de
las rentas familiares de toda la UE, entre otros motivos por la práctica
inexistencia de prestaciones de carácter familiar.
Factores que intervienen en
la transmisión de la pobreza (TIP)
En
el estudio se identifican varios factores que intervienen y actúan en dicha
transmisión de la pobreza, como son el nivel de estudios, la situación
laboral o la renta:
La educación
La educación
El
estudio indica que a pesar de que en nuestro país se ha producido una universalización
de la educación y con ello cierta movilidad educativa, 8 de cada 10
personas cuyos padres no alcanzaron la primaria no han conseguido completar los
estudios secundarios.
Además, la inversión que la familia de
origen realiza en la educación de sus hijos, está muy condicionada por la
situación economía que vive el hogar, puede influir en los logros educativos y
ocupacionales, y, por tanto, en la situación económica que alcance en la vida
adulta. 4 de cada 10 adultos (41%) que vivió su
adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguió alcanzar la
educación secundaria. Esta situación sólo afecta al 8% de los que
nunca tuvieron dificultades económicas.
La situación laboral
La situación laboral
La
situación laboral y la ocupación y el salario de los progenitores son factores
que, además de estar relacionados con el nivel educativo que permite desempeñar
unas u otras tareas, también están estrechamente ligados a la existencia o no
de una fuente de ingresos y a la cuantía de la misma. Ese estatus laboral representa
un claro factor de transmisión intergeneracional entre padres e hijos.
Los adultos cuyas madres no realizaban actividad
económica remunerada, durante su adolescencia, registran unas tasas de pobreza
relativa ligeramente superiores a los adultos con madres trabajadoras.
Al observar la relación con la actividad económica
de los padres, encontramos fuertes diferentes y riesgos de pobreza muy
diferenciados. En el año 2011, el riesgo de pobreza se elevaba
considerablemente para los adultos cuyos padres permanecieron desempleados
sobrepasando el 40%, mientras la media de pobreza se situaba en el 20, 6 %.
Respecto a los adultos descendientes de trabajadores cualificados, sufrían
tasas de pobreza del 27%, respecto al 20,6% general.
La
renta como vehículo transmisor de la pobreza, aparece como la vía más evidente para
mostrar la asociación entre la situación económica de las familias de origen
los adultos que crecieron en las mismas.
Se
constata además la correlación intensa de haber sufrido las dificultades
económicas en la adolescencia con la existencia de más dificultades para llegar
a fin de mes en la actualidad
La intervención social en
familias con procesos de transmisión intergeneracional de la pobreza
El
informe desarrolla una serie de elementos que consideran de alta importancia para
diseñar una política pública que haga frente a la Transmisión Intergeneracional
de la Pobreza:
La inversión en la educación debería de ser una prioridad de los Estados de bienestar, de forma que el producto educativo que recibe la infancia no solo dependa de la capacidad para invertir en ella de sus padres, sino que se asegure un esfuerzo educativo lejos de una política de mínimos.
La inversión en la educación debería de ser una prioridad de los Estados de bienestar, de forma que el producto educativo que recibe la infancia no solo dependa de la capacidad para invertir en ella de sus padres, sino que se asegure un esfuerzo educativo lejos de una política de mínimos.
- Impulsar una contribución clara y decidida por parte de la red de servicios sociales comunitarios con la “atención psicoeducativa”: el apoyo psicológico y social a las familias, el apoyo psicopedagógico a los menores con deficiencias, el apoyo y las actividades en centros abiertos, colonias urbanas, casales, campamentos.
- Garantizar un sistema de salud pública universal con acceso gratuito para todas las personas que residen en el territorio independientemente de su situación administrativa y contributiva.
- Necesaria inversión en políticas sociales y políticas redistributivas que consigan de manera eficaz la reducción de las desigualdades, de forma que el actuar sobre la desigualdad presente, actué de forma preventiva sobre las desigualdades futuras,
- Desarrollar una política de vivienda y urbanismo que se convierta en herramienta contra la reproducción y transmisión de las situaciones de vulnerabilidad y/o exclusión.
- Ineludible una política pública orientada a combatir las TIP debe contar con un sistema de beneficios universales, que pongan freno a la reproducción de la discriminación social y que aporten un elemento de estabilidad y continuidad. Los beneficios específicos, deben servir para compensar aquellas desigualdades acentuadas en extremos y aquellas no prevista desde el diseño de los beneficios universales.
- Dado que la situación laboral de los progenitores tiene una influencia directa en la TIP, la política pública debe contener un proceso de inclusión social a través de la activación de los progenitores, que contemple elementos básicos como un apoyo efectivo para la conciliación de la vida laboral y familiar de los padres.
- El apoyo directo a las familias en su labor parental, mediante la provisión de servicios de orientación a los padres, debería servir para la creación de un entorno más firme para el desarrollo de los niños y niñas.
- La multidimensionalidad de la TIP hace necesario un abordaje sistémico y una acción coordinada de cada uno de los servicios y prestaciones proporcionadas por los distintos organismos públicos a las familias, asegurando calidad de la intervención y también su eficiencia, sin duplicar esfuerzos y acciones.
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