miércoles, 9 de abril de 2014

LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL TIENEN BARRERAS PARA ACCEDER A LA ATENCIÓN SANITARIA

El 7 de Abril, con motivo del Día Mundial de la Salud, FEAPS publicó el estudio "DISCAPACIDAD INTELECTUAL Y SALUD: DERECHOS, DESIGUALDADES, EVIDENCIAS Y PROPUESTAS que constata que las personas con discapacidad intelectual –y en mayor medida las personas con discapacidad severa y profunda- tienen menos posibilidades de acceder a los servicios sanitarios que el resto.


Las personas con discapacidad intelectual tienen más dificultades de comunicación y en general dependen de terceras personas para ir al médico. Pero los propios servicios no son accesibles ni cognitiva ni físicamente, los profesionales tienen poca formación para tratar a las personas con discapacidad intelectual en las consultas. Los servicios de salud no garantizan por tanto un trato igual para las personas con discapacidad.


A todo ello se suman las políticas sanitarias derivadas de la actual crisis, y especialmente la adopción de medidas como el copago farmacéutico, que están comenzando a limitar el acceso a los servicios sanitarios por razones económicas (lo que afecta de modo especialmente negativo a las personas y familias con algún miembro con discapacidad).
El estudio revela datos alarmantemente bajos en las visitas de las personas con discapacidad intelectual a los especialistas médicos. Tomando como ejemplo al oftalmólogo, se comprueba que aunque más del 40% de las personas de la muestra emplea gafas, sólo un 13% acude a este especialista. 
Esto es aplicable a otras especialidades médicas como la odontología (sólo un 4,5%), la otorrinolaringología (un 9,4%), o la ginecología (un 10,4% de las mujeres). En el caso de la psiquiatría (un 13,4%) este dato es de especial gravedad ya que muchas personas con discapacidad intelectual podrían estar consumiendo psicofármacos sin una supervisión adecuada. Junto a ello, también resulta especialmente alarmante que tan sólo un 9% de las personas con discapacidad intelectual entrevistadas presente un calendario completo de vacunación, y un 67,2% no tenga información, considerando que estas personas conviven con otras muchas en los centros y residencias. 
El objetivo general de este estudio fue conseguir datos de observación directa sobre el estado de salud de las personas con discapacidad intelectual severa, y sobre el estado de salud y la accesibilidad a servicios sanitarios de este grupo de población.
Como objetivos específicos se proponían:

  • Obtener información sobre el estado de salud general, física y psíquica, e identificar los principales problemas de salud del colectivo (enfermedades crónicas, dolencias, accidentes, limitaciones para realizar las actividades de la vida diaria, etc…).
  • Conocer el grado de acceso y utilización de los servicios de salud por estas personas, así como las características de los mismos.
  • Valorar en este colectivo diversos factores determinantes de la salud: características del medio ambiente (físico y social) y hábitos de vida que suponen riesgo para la salud
  • Realizar el análisis de los datos desde la perspectiva de género.
  • Identificar desigualdades en salud
  • Proporcionar orientaciones y pautas de actuación específicas que permitan mejorar el estado de salud de las personas con DI.
Procedimiento de recogida de la información. Se contó con la colaboración de 3 centros de atención a personas con discapacidad intelectual vinculados a la red de FEAPS Madrid, para seleccionar a la muestra de personas con DI participantes, así como con 12 estudiantes de 3º curso de Enfermería de la UAM (La Paz) y profesoras del mismo centro para la recogida de los datos. La participación en este proyecto formó parte de la oferta de Prácticum de esta titulación.
Se seleccionó una muestra de la población diana formada por 67 personas con DI (ligera y moderada/severa y profunda) que acudían, en régimen mediopensionista o residencial, a centros específicos para personas con DI. Todos los participantes fueron informados y dieron su consentimiento para participar en el estudio.
El derecho a la salud se recogió en la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”. Asimismo, el artículo 25 de la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, establece el derecho de las mismas a “gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad”.
Pero este derecho a la salud no es el derecho a gozar de buena salud o a estar libre de enfermedades, sino que hace referencia a la obligación que tienen los Estados de generar condiciones para que todos sus ciudadanos puedan vivir lo más saludablemente posible. Unas condiciones que incluyen la disponibilidad garantizada de servicios sanitarios y otros elementos determinantes como el acceso a condiciones sanitarias adecuadas, una nutrición conveniente, una vivienda apropiada, entornos saludables en el trabajo y el medio ambiente, acceso a la educación y acceso a información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva.
Las recomendaciones desde FEAPS es proponer a los poderes públicos que analicen las razones que explican la discrepancia entre necesidades sanitarias y atención recibida en este colectivo, e identifiquen las barreras objetivas que las mantienen en situación objetiva de desigualdad respecto al resto de ciudadanos y ciudadanas. Junto a ello, también recomienda la promoción de un Plan Integral de Salud para las personas con discapacidad intelectual, y la adopción de medidas de discriminación positiva que garanticen una correcta atención de las mismas en este ámbito. 



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