martes, 21 de diciembre de 2010

Visita a la Koordinadora de EL Parke Alcosa (Alfafar, Valencia) que cumple 25 años

Conmemorando los 25 años del “Parque Alcosa”
Un grupo de alumnos de la UCLM, nos fuimos al municipio de Alfafar (Valencia), a conmemorar el vigésimo quinto aniversario de la existencia de la Koordinadora de colectivos, de “el Parke”. El “parque Alcosa”, es una población en forma de ciudad dormitorio, situado a ocho kilómetros al sur de Valencia y a dos del municipio de Alfafar. Desde que se creo allá por los años sesenta ha tenido los problemas típicos de estos núcleos urbanos: carencia de tejido productivo, desempleo, falta de servicios, fractura social entre un sector de su población en procesos de empobrecimiento y exclusión.

El aumento de la agresión social que sufren todos los sectores del barrio actualmente como consecuencia de la llamada “crisis”, se vuelve más brutal si cabe, para los sectores más empobrecidos y excluidos. Ante esta situación se está intentando responder proponiendo un proceso de participación y lucha, que recuperando recursos de la administración, está centrado en conseguir la implantación de la renta básica de las iguales para la localidad, la puesta en marcha de iniciativas de economía social, y acciones formativas y proyectos comunitarios.


Una vez allí las personas de la Koordinadora nos invitaron a participar en la asamblea, que celebran cada jueves, a la asamblea asistieron las personas que pertenecen a los diferentes colectivos integrados en la Koordinadora (colectivo de limpieza, centro de día para niños, colectivo de jóvenes, colectivo de mujeres “las cuatro rosas”). Al finalizar la misma, celebramos una cena en la que cada una de las asistentes aportaba algo para compartir con las demás, ellas tienen por costumbre llevar un bocadillo que después comparten con alguien, esta vez prepararon un bocadillo doble para compartir con nosotras, dando muestra de su gran humanidad, pues llevan tres meses sin cobrar y algunas atraviesan momentos difíciles. Es importante destacar que todas las personas que forman parte de la koordinadora, cobran el mismo salario,(desde la limpiadora, hasta la administrativa). Nosotras también aportamos nuestro granito ya que cada una llevo algo de comida para compartir.



El viernes por la mañana, fuimos a visitar los diferentes colectivos; en primer lugar nos dirigimos al centro de día para niños, allí nos recibieron dos de las educadoras del centro, pudimos entrar porque los peques no estaban allí en ese momento, sino, no hubiéramos podido entrar, al menos sin el permiso de los “nanos”, pues este es un espacio en el que ellos deciden el funcionamiento del centro y organizan las actividades sin la imposición de los mayores, y no está permitida la entrada a los adultos(excepto las educadoras).



El centro alberga a unos 15 niños/as de edades comprendidas entre los 4-12 años, y en él se les aporta refuerzo escolar, para aquel que lo necesite, se organizan a través de asambleas para decidir a qué quieren jugar, que actividades desarrollar…. (Ellos marcan las reglas), además se establecía un cuadrante rotatorio, para que en grupos de tres se responsabilizaran de recoger los juguetes y mantener limpio y organizado el centro. Además durante el periodo estival se les proporciona servicio de comedor.


Desde el centro de día para niños pusimos rumbo al centro de jóvenes, allí desarrollan diferentes talleres; recuperación y reparación de bicicletas, peluquería y taller de manualidades, estos talleres van dirigidos a los jóvenes del barrio, desde los 12 años hasta los 18. Este espacio permite a los jóvenes salir por unas horas al día de la calle y sus ambientes marginales, además de aportarles conocimientos para aprender un oficio. Estos talleres están gestionados por la Koordinadora, a través de presupuestos del la conserjería (SERVEF), teniendo en cuenta que la koordinadora colectiviza los recursos, en lo que ellos llaman “la sirla al estado”.



Desde el colectivo de jóvenes nos dirigimos al colectivo de mujeres “las cuatro rosas”, allí se desarrollan los TFIL (Talleres de formación e inserción laboral), estos talleres son fundamentalmente de confección y van dirigidos a mujeres y hombres con la idea de educar a las personas en economía domestica, se les enseña todo lo relacionado con la confección. Tanto los materiales como las maquinas para coser son donación de particulares y empresas de confección. Además tienen la posibilidad de conseguir recompensa económica por la labor que desempeñan en estos talleres, pues en Navidad y al final del curso de formación, en junio, ponen unas muestras de todo lo que han elaborado hasta la fecha. En la actualidad, en estos talleres se encuentran aproximadamente 5 mujeres de origen marroquí y dos hombres.


Después de ver todos los locales de los que dispone “el Parke”, pasamos a hacer una actividad de calle. En la plaza vieja del barrio, justo al lado de donde se estaba llevando a cabo el mercado con sus puestos variados, se colocó una mesa para dar información sobre una marcha que se realizará el próximo martes 21 de diciembre, “Marcha de Esclavos ¡¡Por la dignidad y los derechos sociales!!”. Esta es otra de las actividades que lleva a cabo las gentes de la koordinadora, actividad de lucha y reivindicación. Participamos en la pegada de carteles por el barrio, repartimos el díptico informativo colaborando así en la difusión de la protesta.
Una vez terminada la mesa, nos dirigimos a visitar otra de las iniciativas de empleo que son “Els Trasters”. Consiste en el reciclaje y venta de muebles y otros enseres que consiguen a través de vaciado de casas y donación de particulares. También realizan mudanzas, así como recogida de plásticos y cartones. Esto permite emplear actualmente a 5 personas. Es importante destacar que tienen una organización particular pues ellos son sus propios empresarios, sindicalistas, obreros… lo que les permite organizarse en el reparto de salarios, vacaciones…
Para concluir la visita, todas juntas compartimos una comida típica de esos lugares levantinos, una gran paella, que se realizó en un área recreativa muy cerca del barrio.

Y por último, solo con la participación de las mujeres, fuimos a una asamblea de “teixidoras” (colectivo de mujeres del barrio) donde trataron las diversas actividades que se van a realizar para las mujeres y madres del barrio y pudimos degustar té y pastas y dulces árabes elaborados, por las mujeres musulmanas que se encuentran en este grupo.


Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todas las asistentes al viaje, ya que hemos podido comprobar “in situ”, como los problemas de la comunidad son abordados desde las propias personas que sufren los problemas, organizándose desde la igualdad, y que son estas personas que padecen las injusticias de nuestro sistema las que intentan poner solución a sus problemas. Es un lugar en el que respira humanidad, en el que nos han recibido con lo poco que poseen y nos han acogido como unas personas más del colectivo.
Y ya de vuelta a Cuenca...
Una vez emprendido el camino de vuelta y cuando habíamos entrado en calor nos pusimos a dialogar sobre las impresiones que habíamos sacado de nuestra visita al parque, hemos aprendido que se pueden conseguir los objetivos que nos marcamos, a través de la lucha diaria y un trabajo comunitario asentado en las bases de la igualdad, con una gran humanidad, que caracteriza a todos los integrantes del parque, a pesar de las dificultades que conlleva, enfrentándose a las adversidades, desde todo momento nos hemos sentido acogidas con gran calidez.
Algunas, antes de conocer lo que en el parque se está desarrollando, lo considerábamos como algo imposible de poner en práctica, como una utopía, pero nos han enseñado que soñar es posible, nos hemos encontrado con gente muy organizada que tratan a todas las personas como iguales, allí todas cuentan y el valor de su esfuerzo es el mismo. Es maravilloso haber conocido como sin apenas recursos salen adelante socializando esos recursos, haciendo un reparto equitativo de lo que disponen. Son las personas que sufren la exclusión y la precariedad de nuestro sistema, las que se organizan para poner solución a sus propios problemas, con mucho esfuerzo y una gran humanidad.
Esto nos ha servido a algunas para humanizar conceptos estereotipados como ex presidiario o toxicómano, hablemos de personas. Algunas esperaban encontrar un barrio marcado por la marginalidad y han encontrado que gracias a la participación y unión de los vecinos es un barrio habitable y acogedor. Nos ha ayudado a tener un enfoque más humanitario de la intervención comunitaria. Por todo esto os agradecemos una vez más todo lo que nos habéis enseñado, todo aquello que no se enseña en la universidad ni en los libros de texto, ser gente con la gente.


Rubén Luzón Oliver ha hecho esta detallada crónica del viaje y de la experiencia.

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