La Facultad de Trabajo Social del Campus de Cuenca (UCLM) rinde homenaje, un año más, a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Entre los días 10 y 13 de diciembre se celebran diferentes actividades: charlas, debates, competiciones deportivas, mesas redondas, exposiciones y ciclos de cine, dirigidas a estudiantes universitarios, pero en las que también participan niños y jóvenes, y a las que también se pueden acercar profesionales en activo o que buscan empleo.
La inauguración ha tenido lugar en la mañana del 10 de diciembre, tras una fuerte helada nocturna y coincidiendo con el entierro global de Nelson Mandela, al que hemos recordado. La vicerrectora de Cultura y Extensión Universitaria de la UCLM, María Ángeles Zurilla, acompañada de la Decana de la Facultad de Trabajo Social, Elisa Larrañaga, han presentado el programa y han entregado los premios al XI Concurso de expresión artística Los Derechos Humanos y el Arte, así como el X Premio Jóvenes Emprendedores en Programas Sociales, que ha recaído en el Programa de madres adolescentes puesto en marcha por iniciativa de Aldeas Infantiles SOS y en el que han trabajado Cristina Sánchez Negrillo, Verónica Martínez Salmerón, Patricia González Bernabé y María Martínez Castillo.
El programa de madres adolescentes se ha puesto en práctica durante el último año en
la localidad de Cuenca y ha consistido
en la intervención socioeducativa con adolescentes que
han experimentado un embarazo imprevisto, con la finalidad de trabajar sobre la
maternidad consciente y responsable. En los casos tratados, se ha reforzado la
creación de vínculos afectivos y el apego entre el bebé, la madre y su entorno,
También se ha preparado a la madre en los cuidados durante el puerperio, en
técnicas de estimulación temprana, así como en salud sexual y reproductiva.
A continuación, el vicepresidente de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, Ángel Parreño, ha impartido una conferencia titulada ‘Análisis de las políticas de protección a la familia en C-LM’. Ángel es un compañero para nosotros, pues fue profesor asociado durante varios años en la Escuela Universitaria de Trabajo Social, y algunos de los asistentes -ahora profesores- fueron sus alumnos.
Parreño ha enmarcado su intervención en la obligación que corresponde a los Gobiernos en cuanto al cumplimiento y desarrollo de los Derechos Humanos. En un primer momento, ha presentado algunos de los muchos datos con los que la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales está testando de forma continuada la situación en la que se encuentran las familias españolas en la actualidad, subrayando la aparición de una clase social -el precariado-, caracterizado por el odio hacia la sociedad, la alienación y la ansiedad, así como el riesgo de que aumenten las conductas xenófobas y las evidencias que apuntan a un incremento significativo de conflictos dentro de la familia, azuzados por la situación económica. Ante estas situaciones, la familia es una esponja que absorbe las situaciones de exclusión, como así atestiguan nuevas formas de convivencia familiar como el retorno a los núcleos familiares de personas que ya se habían independizando o de personas mayores dependientes.
En un segundo momento de la conferencia, Parreño ha hecho balance de los sistemas de protección social, centrándose específicamente en los servicios sociales, para constatar el acoso "hasta la inanición" del Plan Concertado que ha posibilitado durante años la existencia de Servicios Sociales de atención primaria en los municipios, así como la demolición del sistema de atención a las personas en situación de dependencia y el desprecio al valor de proximidad que aportan los municipios con la nueva reforma del régimen local, lo que se traducirá, a buen seguro, en una pérdida importante de cohesión social.
Para finalizar la conferencia, Parreño nos ha planteado cual debe ser nuestro posicionamiento frente a la situación en la que nos encontramos. A los profesionales les pide que no se queden inermes ante las situaciones de pobreza y exclusión social, que militen en el inconformismo, en la denuncia de situaciones insostenibles y en aportar soluciones, desde la resiliencia y el uso de la palabra como instrumento básico. A las Facultades nos plantea que formemos revolucionarios, en el sentido de personas que promuevan el cambio social y la abogacía social (la defensa de la gente más empobrecida o excluida). Y para los políticos, Parreño considera que la crisis se resuelve con más política: es necesario convertir el clamor de la gente en programas.
Y concluye Parreño: "La protección social es un Derecho Humano y es responsabilidad de todos, también del Estado y de los profesionales". Pues más claro, agua.
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